Pesca mortal

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En días pasados la muerte de varios peces en la presa # 20, próxima a Agüica, en el municipio de Colón, suscitó la alarma entre los pobladores del lugar. Al parecer, pescadores furtivos se valieron de sustancias químicas como la Permetrina para la captura de ejemplares de agua dulce.

El sobresalto surgió cuando a flor de agua se divisaron varias truchas sin vida. Tras conocerse el suceso, se presentaron en la zona autoridades del municipio y especialistas de MINAG,
PESCAMAT, entre otros.

Por suerte fue mayor el aspaviento que la cantidad de veneno aplicado. Aunque sí se hace necesario llamar la atención sobre un fenómeno creciente: la pesca furtiva a cualquier precio, incluso valiéndose del empleo de sustancias perjudiciales a la salud humana, u otras prácticas que dañan el medio ambiente.

TUCHAS A FLOR DE AGUA

“Tras ser avistados varios peces muertos a flor de agua, un equipo interdisciplinario visitó el lugar. Si bien constatamos que varias truchas flotaban sin vida, no se trató de una muerte masiva”, explicó Carlos Jorge Romero, director de la UEB Acuícola de Colón, quien no descartó la aplicación de sustancias químicas por personas inescrupulosas.

De comprobarse el empleo de químicos la situación seria preocupante, porque solo afectó a la trucha, especie muy apreciable por su carne pero de difícil reproducción.
Para la trucha, quizás el más exquisito de los peces de agua dulce, no existen centros de alevinaje, ya que se reproducen de manera natural.

BOMBA Y VENENO

Rolando Hernández Sánchez, inspector de la oficina de Inspección pesquera en la provincia, reconoce que muchos pescadores furtivos utilizan sustancias químicas en su afán de lucro.

También emplean explosivos a partir del carburo, el cual introducen en una caña brava, lo presionan, le realizan orificios, y finalmente lo lanzan a la presa para que detone, aniquilando grandes cantidades de peces.

Todas estás prácticas son perseguidas y penadas por la ley, según refiere la Resolución 3/53 del 2010. Al igual que otras también extendidas como la pesca masiva mediante trasmallo, chinchorros o nasas.

La legislación también prohíbe utilizar superficies como neumáticos, tablas u otras embarcaciones rústicas. Sin embargo, con mucha facilidad se incumple lo estipulado. Basta nada más lanzar una ojeada a los tantos embalses del territorio para observar a plena luz del día decenas de personas en el interior de las presas.

No se trata de impedir lo que para muchos cubanos resulta un sagrado pasatiempo. En un país rodeado de agua abundarán los pescadores. Quienes sientan apego por esta milenaria práctica pueden obtener una licencia de pesca deportiva por la suma de 25 pesos anuales; los jubilados deberán pagar la mitad del valor. Siempre la captura se realizará desde la orilla y con cordel o vara.

Debe arreciar el combate contra esas personas que sin importarles el daño que infligen a la salud humana, al medio ambiente y la economía del país, solo persiguen llenar sus bolsillos…a cualquier precio.

Un comentario en “Pesca mortal”

  1. Arnaldo, veo que citas a Silvio Rodriguez, dices que moriras sin tener precio. Seras de los pocos tontos utiles que se sacrifican por una cupula oligarquica que se va a morir como vive, en el vacilon y las prebendas que la mayoria de los cubanos no tienen. Quizas te de un ataque de honestidad como al vividor de Silvio y reconozcas que despues de 5 decadas de sociolismo los cubanos estan bien «jodidos».

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